martes, 16 de marzo de 2010

LA MUJER EN LAS OLIMPIADAS

Las mujeres no tenían el derecho de competir en las primeras Olimpiadas, ya que el requisito básico de admisión era el ser hombre libre y de origen griego. Ni siquiera podían acudir como espectadoras, ya que los Juegos eran un privilegio sagrado de los hombres. La única mujer que podía asistir era la sacerdotisa de Démeter Chamyne, que se sentaba junto a los helanódices. Este era un puesto de gran valor, como lo prueba el hecho de que fuese solicitado por damas de alta alcurnia como Regilla, la esposa de Herodes Ático, el hombre más rico de su época.
En principio, el veto era por razones de pudro, ya que se pretendía impedir que las mujeres contemplasen el cuerpo desnudo de los atletas, los cuales estaban obligados a competir sin ninguna prenda. Sin embargo,con el paso del tiempo, los usos y costumbres se fueron relajando y se suprimió este requisito. Así, tras muchas persecuciones, la mujer pudo finalmente acceder a las instalaciones deportivas y ser autorizada a participar en pruebas mixtas. La primera atleta olímpica de la que se tiene conocimiento fue Cinisca, hermana del rey Agelisao de Esparta.
Aun sin formar parte de los juegos de los juegos Olímpicos como tal, existió una competición deportiva femenina en la Grecia clásica que obtuvo un amplio desarrollo. Se trata de los Juegos de Hera, relatados ampliamente por Pausanias.

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